Había una vez una niña llamada Lidia. Tenía muy mala educación. Un día su madre estaba hablando con una vieja amiga suya, y la niña no paraba de interrumpirla, de hacerle burla y de estirarle de la ropa.
Otro día su madre la llevó al parque. La niña empezó a tirar papeles, tetrabrick, plásticos... y también a colgarse de los árboles y a pisar las plantas.
En el colegio tiraba papeles, mordía lápices y robaba. Los profesores que le decían que no hiciera eso, les hacía burla y les contestaba de mala manera.
Y a partir de ese momento no volvió a hacer cosas malas y comprendió el valor de lo público.
Marta 5º
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